Es comprensible que para muchas personas la nieve sea un engorro y que no les produzca ningún placer el ver nevar o la nieve en si. Pero lo cierto, que para los que no tenemos que viajar y nos movemos sin problemas por la ciudad, es un regalo para los sentidos. El maravilloso paisaje de nuestros parques y jardines, las superficies inmensas que reflejan la luz del sol y los lugares recónditos donde se almacena la nieve: en una brizna de hierba o en la hoja caduca de un árbol que aún permanecía en la rama.
Y...no hay nada como experimentar bajo nuestros pues el crujir de la nieve cuando pisamos. Es una sensación única
Merece la pena disfrutar esta maravilla que nos ofrece la naturaleza. No os preocupéis....se pasa!!
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